19 jul 2008

Sembrando amor...

La vida así como el amor son como un jardín.
Lo que siembres en cualquiera de los dos, es lo que se te devolverá,
hay que elegir semillas buenas, regarlos, cuidarlos
y con seguridad tendremos flores.
Con cada acto, palabra, sonrisa o mirada será una simiente recibida
u otorgada.
Cada una tiene el poder vital y germinativo.
Te encontrarás a veces sembrando y llorando, pero puede
que esa simiente necesite de tus lágrimas para germinar.
Así como los vientos fuertes harán que las raíces sean profundas
para que resista mejor lo que habrá de venir.
Cuando las hojas caigan, no lo lamentes, serán tu propio abono,
reverdecerás y tendrás nuevas hojas y nuevas flores.
Al despertar el alba con un nuevo día, agradece y SIEMBRA...
Cuando el sol azote sus rayos resplandecientes, abre tu mano
y arroja la semilla...
Ya que el crepúsculo te envuelva, eleva una plegaria y sigue sembrando
Cuando el ocaso de tu vida llegue a ti y enfrentes la muerte, entregate
con los brazos cargados de tu cosecha y una sonrisa de satisfacción.
Procura siempre sembrar, pero que sea una siembra de vida y de amor




idea extraída de un mail recibido

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