29 may 2009

Feliz Cumpleaños

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Atenea muchas felicidades...

Que tengas muchos años más
de vida llenos de: amor, alegría y salud...

Millones de abrazos

22 may 2009

Sin título...

Una historia de amor comienza.
Una historia de amor se va.
Una historia de amor que regresa.
Mientras dos personas se alejan.
Sin poder olvidar...
Compartieron alegrías y tristezas.
Juraron amarse hasta la eternidad.
Vivieron y se quisieron quizás fuera de
realidad.
Hay amores que se olvidan y se van.
Hay amores que se esconden de los demás.
Otros lloran la tristeza de la soledad.
Mientras otros gozan el conocer un
mundo espiritual.
Amores que se aman en el cielo.
Amores que algún día se reunirán.
Días de amarga tristeza los inundaron
Días en los que no podían avanzar.
Son amores que si no los sientes
No los podrás explicar...
Son historias de dos almas
Que nacieron en diferente lugar
Es la historia de dos almas
que se escapan en las noches
para poderse amar...
Es la historia de dos almas
Que se amaron en un ayer
Es la historia de un amor que se dio
Sin que las dueñas de estas almas
Pudieran saber de ese amor...
No conozco ni el título ni el
autor pero de algún modo llego a mi

19 may 2009

Aniversario 1

Exactamente hace un año empecé con este blog, la idea surgió
de repente, yo leía muchos blogs, dije que tan difícil
puede ser hacer uno, para empezar no soy muy buena escribiendo
más bien soy buena leyendo lo que otros escriben, pero hice el intento
y aquí estoy ya cumpliendo un año con mi blog.
Agradezco a mi maestra Atenea por instruirme en estas artes de los
blogs y los escritos, algunos son inspiración mía (algo que he descubierto
de mí en poder escribir con solo tener una palabra o una imagen) de mis
vivencias personales, otros de amigos que me cuentan sus historias y
se complementa con lo que voy encontrándome de repente en un buen
libro o página de Internet.
También agradezco a los lectores de este blog el tiempo que dedican a
visitarlo y leerlo, aunque la mayoría son desconocidos, pero por algún
motivo se quedan a leer, lo cual me hace poner un poco más de dedicación
y procurar mantenerlo al día.
El primer aniversario espero de muchos más
Con todo mi corazón para ustedes...

18 may 2009

Mario Benedetti (1920-2009)

CREDO
De pronto uno se aleja de las imágenes
queridas amiga
quedás frágil en el horizonte
te he dejado pensando en muchas cosas
ojalá pienses un poco en mí.
Vos sabés
en esta excursión a la muerte
que es la vida
me siento bien acompañado
me siento casi con respuestas
cuando puedo imaginar que allá lejos
quizá creas en mi credo antes de dormirte
o te cruces conmigo en los pasillos del sueño.
Está de más decirte que a esta altura
no creo en predicadores ni en generales
ni en las nalgas de miss universo
ni en el arrepentimiento de los verdugos
ni en el catecismo del confort
ni en el flaco perdón de Dios.
A esta altura del partido
creo en los ojos y las manos del pueblo
en general
y en tus ojos y en tus manos en
particular...

15 may 2009

Llama de amor...

Encendida cada día a veces demasiado intensa otras un poco débil, así es la llama de mi amor
por ti...
Los vientos soplan, ella lucha para mantenerse y
y no perderse en el vacío, se mantiene con fuerza...
Experimenta cambios y circunstancias pero aún
así se mantiene encendida...
Algunas veces es débil y pequeña pero la esperanza
la alimenta y se torna brillante y grande...
Hay una cosa que podría apagarla y eso
es tu olvido y tu mismo...


13 may 2009

Travesuras de la niña mala...


Lloraba con desesperación y no conseguía calmarla. Entonces, la senté en mis rodillas y la acaricié mucho rato, como solía hacerlo en París, cuando tenía los ataques de miedo. También su potito se había escurrido, como sus pechos, y sus muslos eran tan delgaditos como sus brazos. Parecía uno de esos cadáveres vivientes que muestran las fotografías de los campos de concentración. La acariciaba, la besaba, le decía que la quería, que yo la cuidaría, y, al mismo tiempo, tenía un indescriptible horror porque estaba absolutamente seguro de que ella no había estado grave, que lo estaba ahora y que muy pronto iba a morir. Nadie podía enflaquecer así y recuperarse.
—Todavía no me has dicho que me quieres más que a esa hippy, niño bueno.
—Claro que te quiero más que a ella y que a nadie, niña mala. Tú eres la única mujer que yo he querido y quiero en el mundo. Y, aunque me has hecho maldades, me has dado también una felicidad maravillosa. Ven, quiero tenerte en mis brazos desnuda y hacerte el amor.
La llevé a la cama, la tendí y la desnudé. Ella, con los ojos cerrados, se dejó desnudar, ladeándose, para exponerme su cuerpo lo menos posible. Pero, yo, acariciándola, besándola, la hice desencogerse y estirarse. No la habían operado sino destrozado. Le habían sacado los pechos y repuesto los pezones con torpeza, dejando las gruesas cicatrices circulares, como dos rojizas corolas. Pero, la cicatriz peor arrancaba de su vagina y subía hasta el ombligo, serpenteando, una costra entre marrón y rosada que parecía reciente. La impresión que tuve fue tan grande que, sin darme cuenta de lo que hacía, la cubrí con la sábana. Y supe que nunca más podría hacerle el amor.
—Yo no quería que me vieras así y que tuvieras asco de tu mujer —dijo ella—. Pero..
—Pero yo te quiero y ahora te voy a cuidar hasta que estés completamente curada. ¿Por qué no me llamaste, para que yo te acompañara? —No te encontraba por ninguna parte. Hace meses que te busco. Era lo que más me desesperaba: morirme sin volver a verte.

La habían operado la segunda vez apenas hacía tres semanas, en un hospital de Montpellier. Los médicos habían sido muy francos. El tumor en la vagina había sido detectado muy tarde y aunque lo extrajeron, el examen postoperatorio indicó que la metástasis había comenzado y que prácticamente no había nada que hacer. La quimioterapia sólo retardaría lo inevitable y además, en el estado de debilidad extrema en que se encontraba, probablemente no la resistiría. La operación de los pechos fue un año antes, en Marsella. Por su extrema debilidad no habían podido intervenirla de nuevo, para reconstruirle el busto. Ella y el marido de Martine, desde que se fugaron, habían vivido en la costa mediterránea, en Frontignan, cerca de Séte, donde él tenía propiedades. Se había portado muy bien con ella cuando le detectaron el cáncer. Había sido generoso y atento y la había colmado de atenciones, sin hacerle notar, cuando le sacaron los pechos, que se sentía decepcionado. Por el contrario, fue ella la que poco a poco lo convenció de que, en vista de que su suerte estaba echada, lo mejor que podía hacer era reconciliarse con Martine y acabar el pleito con sus hijos, del que sólo iban a sacar buena tajada los abogados. El caballero volvió donde su familia, despidiéndose de la niña mala con generosidad: le compró la casita en Séte que ahora ella pretendía traspasarme y le colocó en el banco unas acciones de la Electricidad de Francia que le permitieran vivir sin angustias económicas lo que le quedaba de vida. Ella había comenzado a buscarme hacía un año por lo menos, hasta dar conmigo en Madrid, gracias a una agencia de detectives, «que me sacó un ojo de la cara». Cuando le comunicaron mi paradero, estaba en plenos exámenes en el hospital de Montpellier. Como los dolores en la vagina los tenía desde los tiempos de Fukuda, ella no les había hecho mucho caso.Me contó todo esto en una larguísima conversación que duró toda la tarde y buena parte de la noche, echados en la cama, ella apretada contra mí. Se había vuelto a vestir. A ratos se callaba para que yo pudiera besarla y decirle que la quería. Me contó esa historia —¿Cierta? ¿Muy adornada? ¿Totalmente falsa?— sin dramatismo, con aparente objetividad, sin autocompasión, pero, eso sí, con alivio, con tenta, como si luego de contármela pudiera morirse en paz.
Duró 37 días más, en los que se portó, tal como me había jurado que lo haría en el Café Barbieri, como una esposa modelo. Por lo menos, cuando los terribles dolores no la tenían acostada y sedada con morfina. Me trasladé a vivir con ella a un aparthotel de Los Jerónimos, donde estaba alojada, llevándome una sola maleta con cuatro cosas que ponerme y algunos libros, y dejé a Marcella una carta muy hipócrita y digna, diciéndole que había decidido partir, devolviéndole la libertad, porque no quería ser un obstáculo para una felicidad que, lo comprendía muy bien, no podía darle yo, dada la diferencia de edad y de vocaciones, sino un joven de su edad y de disposición afín como Víctor Almeda. A los tres días partimos la niña mala y yo, en tren, a su casita de las afueras de Séte, en lo alto de una colina, desde la que se veía el hermoso mar cantado por Valéry en El cementerio marino. Era una casita pequeña, austera, bonita, bien arreglada, con un pequeño jardín. Durante dos semanas, ella estuvo tan bien, tan contenta, que, contra toda razón, pensé que podía recuperarse. Una tarde, sentados en el jardín, a la hora del crepúsculo, me dijo que, si algún día se me ocurría escribir nuestra historia de amor, que no la hiciera quedar muy mal porque, entonces, su fantasma vendría a jalarme los pies todas las noches.
—¿Y por qué se te ha ocurrido eso?
—Porque siempre has querido ser un escritor y no te atrevías. Ahora que te vas a quedar solito, puedes aprovechar, así no me extrañarás tanto. Por lo menos, confiesa que te he dado tema para una novela. ¿No, niño bueno?



Relato final del libro "Travesuras de la niña mala"
del escritor Mario Vargas Llosa

10 may 2009

Día de las Madres




Con todo el amor para las mamis del mundo
Un homenaje a la dedicación que tienen por
nosotros sus hijos...


8 may 2009

Corazones para el fin de semana