8 dic 2008

Mis pasos me trajeron...



Mis pasos tomaron un rumbo ya conocido
y me trajeron hasta aquí, aquí donde el mar fue
testigo de nuestro encuentro, ese encuentro
que ambos prensábamos sólo era un sueño inalcanzable
y particular de cada uno y lo habíamos vivido
tal vez con otros detalles, en otro lugar y solo en nuestra mente.

La realidad supero en mucho el sueño al menos el mío,
tenerte a mi lado, oír tu conversación con tu singular
acento, sentirte respirar tan cerca, poder tocar nuestras
manos, verte, conocer tu aroma corporal.

Estábamos sentados en la arena, a la orilla del mar
contemplando su inmensidad y quietud
que nos contagiaba y era necesaria, después
de la entrega de nuestros cuerpos un momento atrás,
nuestros sentidos estaban conectados y seguían en su
entrega a pesar de no tocarnos.

El tiempo paso sin sentirlo, los síntomas del atardecer
llegaron, nuestros cuerpos se rindieron a la calma del
mar, por fin hablaste contándome una serie de historias
desconocidas para mí pero importantes para ti,
las cuales compartiste con mucho entusiasmo,
vi tu asombro por el mar, el sol y el atardecer que tal vez
no eran desconocidos para ti, pero este era diferente,
tenía su toque de especial.

Quedaron las huellas de tus pasos en la arena al retirarnos contra
nuestra voluntad y de igual manera quedaron las huellas de tus
manos que recorrieron mi cuerpo y de ti en mi corazón.




Hoy estoy aquí, donde mis pasos me trajeron,
a este lugar que ellos recuerdan fui feliz
con la diferencia que hoy me acompaña solo el recuerdo de ti
y de esa tarde tan especial, donde los amigos se hicieron
amantes y los amantes se hicieron amigos.
Con la promesa si el tiempo lo permite, que mis
pasos se vean acompañados por los tuyos
y contemplar ese inmenso mar que nos permite
comunicarnos sin palabras solo con nuestros
sentidos

0 Comments: